Carta a mi niño herido

Hola pequeña Carmen (poner aquí vuestro nombre), hace mucho que no hablo contigo, quizás te tengo algo abandonada, puede que me diera miedo volver a verte. A veces recordar algunas cosas o hacer conscientes otras duele mucho e intento hacer como si no las viera, como si no existieran. Se que llevas mucho tiempo sola, en la oscuridad, con miedo. Se que crees que nadie te quiere ni te ayuda y que estar ahí metida es lo que mereces. Se que crees todo esto porque te lo hicieron creer y porque yo, hasta ahora, no fui lo suficientemente fuerte para poder volver a bajar ahí a por ti. Pero ¿sabes?, ya lo soy, aquí estoy.

Mi querida Carmen, hoy he decidido venir a verte, porque ahora soy mas fuerte, más grande, más mayor y estoy preparada para traerte conmigo.

Quiero cogerte entre mis brazos, sentir tus latidos, secar las lagrimas de tus mejillas, quiero limpiar el barro de tus zapatos. Voy a curar cada una de tus heridas. Algunas podremos limpiarlas del todo de otras quedaran cicatrices, pero no pasa nada porque esas cicatrices son parte de nosotras, de las dos. Muestran nuestro camino, nuestras batallas y nuestras victorias porque pese a todo aquí seguimos y el hecho de seguir aquí es la mayor de las victorias posibles.

Poco a poco podrás caminar tu sola, de pie, fuerte, pero tranquila esta vez no te soltare. Caminaremos juntas a lo largo del camino, subiremos cada peldaño que nos encontremos para alejarnos de esa horrible oscuridad en la que estabas metida.

Se valiente, no tengas miedo, agarra fuerte mi mano, mírame a los ojos y escúchame: Te quiero.

Subamos el primer peldaño….

Escribe un comentario