obsesiones

¿Por qué me obsesiono?

¿Por qué me obsesiono?

Nuestro pensamiento es algo que nos acompaña continuamente, muchas veces nos ayuda a que no se nos olviden cosas importantes, como la hora a la que tenemos cita con el dentista o un cotilleo que le queremos contar a algún amigo. Sin embargo, en muchas ocasiones, nuestro propio pensamiento es la causa de nuestras preocupaciones y la raíz de nuestro malestar. En estas ocasiones es muy común entrar en un circulo vicioso con nuestra propia cabeza donde pensar en nuestra preocupación es la única manera que tenemos de encontrar cierto alivio, al mismo tiempo que también aumenta nuestro malestar. ¿Cómo gestionamos este molino de pensamiento?

¿Por qué me obsesiono?: Tipos de pensamiento

  • Pensamiento consciente es aquel que generamos voluntariamente, por ejemplo, si os pido que recordéis que hicisteis el lunes.
  • Pensamiento condicionado es aquel pensamiento que viene de forma automática por puro aprendizaje y asociación, es decir, son fruto de nuestras experiencias. Si paso por la misma calle que andaba para ir al colegio, es muy posible que me vengan pensamientos asociados con esa época de mi vida.

Aprender de nuestras experiencias ha sido una base fundamental para la supervivencia de nuestra especie y, muchas veces, esta dependía de acordarnos de aquello que nos perjudicaba: si comer los frutos rojos me sienta mal, no volveré a comerlos; si entrar en el cuarto de papá y mamá hace que me caiga una regañina, no lo volveré a hacer.

El acordarnos de cosas que nos perjudicaban o nos traían malestar nos salvaba de repetirlas, es por ello que ahora nuestros pensamientos condicionados parece que únicamente vienen cargados de preocupaciones y situaciones a solucionar. Es la manera que tiene nuestra cabeza de intentar protegernos.

¿Si es una protección, por qué me trae tanta angustia? Mucha de esa angustia tiene que ver con cómo lidiamos con las cosas que nos inquietan, aquí entra nuestra necesidad de control. Acostumbrados a que cada vez podamos controlar más cosas de nuestro entorno y que todo este hecho a nuestro gusto (incluso la velocidad a la que podemos ver las series), el malestar de saber que hay emociones y pensamientos que se escapan de este control solo añade a la preocupación de esos pensamientos condicionados. Por tanto, se junta aquello que me preocupa con la sensación de descontrol por no poder hacer nada para remediarlo. En este momento la cabeza actúa de la única manera que sabe: pensando más.

  • Pienso más para ser agente activo de aquello que me preocupa, lo que me da cierta sensación de control.
  • Pienso más porque seguro que así encuentro una solución.
  • Pienso más para anticipar y prepararme para todas las posibles consecuencias, así todo los hipotéticos están más controlados.

¿Por qué me obsesiono?: Evitemos entrar en el bucle de los pensamientos.

Pero como posiblemente hayáis podido comprobar, pensar más nunca trae el resultado deseado. Es más, normalmente implica enganchar con más pensamientos condicionados y preocupaciones y al final, un tema a resolver, acaban siendo 7 y a cada cual más grave. ¿Cómo evitar llegar este punto?

¿por que me obsesiono?1. Identificarlo. Darme cuenta de que el pensamiento o preocupación que me está viniendo no tiene que ver con el momento presente ni puedo resolverlo ahora.

2. Separarlo. Es un pensamiento que yo no he elegido, ha venido de forma automática, por tanto, no tengo que atenderlo. Entiendo que esto es muy complicado, ya que no atender algo que me causa malestar es justo lo contrario que nos pide el cuerpo. Sin embargo, atender este pensamiento significa darle más energía y, como los agujeros negros, cuanta más energía tenga un pensamiento, más nos va a absorber. Mirar a los pensamientos condicionados como cualquier otro pensamiento y tratarlo como tal puede ayudarnos, ya que no siempre hacemos caso a lo que los dice nuestra mente, sino estoy segura de que hubiéramos cometido muchas ligeras ilegalidades. Por tanto, ¿por qué tengo que atender a algo que yo no he elegido?

3. Volver al presente. Cuando nos quedamos enfrascados en las preocupaciones de nuestra mente dejamos de estar conectados con el momento que estamos viviendo y ahí reside en gran parte la causa del malestar. Si atendemos a lo del ahora podemos resolverlo, si atendemos a hipotéticos pasados o presentes, no. Resulta común cuando estamos haciendo algo que tenemos muy automatizado, como conducir, cocinar o ducharnos, que la cabeza haga de las suyas y nos centremos únicamente en lo que nos dice. Así pues, una vez que hemos identificado el pensamiento condicionado y hemos logrado separarnos de él, dirigimos nuestra atención a aquello que estamos haciendo, involucrando en ese momento de manera consciente los cinco sentidos en la actividad.

Importante

IMPORTANTEDeshacernos de los pensamientos condicionados no es un objetivo realista, ya que, como hemos mencionado previamente, tienen una base muy potente de supervivencia. Sin embargo, sí podemos empezar a traerlos a la conciencia para ser nosotros los que decidamos qué hacer con ellos. Es inevitable que vengan, pero sí puedo tener el poder de decisión sobre qué hacer cuando vienen y es desde aquí donde obtendremos nuestro control.

 

Articulo escrito por Julia Castillo Sáez, miembro del equipo de PsicologiaCGM.

Escribe un comentario