LA LECHUZA Y LA TÓRTOLA

 

_ ¿Te marchas?- preguntó la tórtola sorprendida.

La lechuza respondió afirmativamente.

_ ¿Y dónde vas?

_ Lo más lejos que pueda – contestó la lechuza-.

Trataré de ir hacia el este. En cualquier caso será muy lejos.

_ Pero ¿por qué amiga mía? ¿ Te ocurre algo para que estés tan deprimida?

_ Claro que sí. Te diré por qué me voy.

A la gente de aquí no le gusta nada mi chillido. Unos se ríen de mí, otros me insultan, algunas me desprecian y otros me amenazan. Me iré muy lejos.

Pero la tórtola, tras pensárselo unos instantes, dijo:

_ Quiero que reflexiones conmigo.

Si tienes capacidad para cambiar tu chillido, vete, me parece bien. Pero si no puedes hacerlo, entonces ¿qué consigues?

La gente, estés donde estés, también se sentirá disgustada por el sonido que emites y se comportará igual contigo que la de aquí. Pero aún será peor, habrás viajado inútilmente y además es probable que hayas de enfrentarte a grandes dificultades.

Como no puedes cambiar tu voz, tienes que cambiar tu visión y tu actitud ante los que no te aceptan.

La aceptación es transformación, al integrar algo nuevo a tu ser creces como persona y eso produce el cambio…

Amándonos a nosotros mismos y aceptándonos tal cual somos es la única forma que los demás nos acepten también en cualquier lugar donde nos encontremos.

DESCONOCIDO

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